Noches del Botánico 2020
El viernes 27 se presentó en El Museo del Traje de Madrid la 5ª Edición de Las Noches del Botánico.
Las Noches del Botánico ya son parte imprescindible de una agenda a rebosar de conciertos y eventos con la llegada del buen tiempo. Semanas donde la oferta se multiplica por mil y con el calendario en una mano, y tarjeta de crédito en la otra, llega lo más dificil. Elegir.
Si para votar a un partido político nos conceden un día de reflexión, para escoger qué banda o concierto ver en estas fechas deberíamos contar con cinco meses.
Pero Las Noches del Botánico no es un festival al uso de días completos y abonos de fin de semana. Tiendas de campaña, carreras de escenario en escenario y bandas o actividades de sol a sol.
Considerado de pequeño formato, y galardonado en esta categoría en los premios Fest en varias ediciones. Si hubiera que definirlo en una sola palabra, no sé si hay una más adecuada aunque suene a supermercado. Calidad.
El entorno, el montaje, la acústica, las dimensiones, los servicios y la organización. Hacen que Las Noches del Botánico sea el mejor lugar de Madrid para vivir un concierto de verano. Con todo el respeto a cualquier lugar o sala de conciertos.
Y eso que organizar un festival debe ser fácil, hay casi tantos como cervezas artesanas. Pero las siete diferencias solo son posibles con una mentalidad y un claro modelo de hacer las cosas.
Está emplazado y asociado a la Universidad Complutense y se nota. Como decía Javi G. Espinosa en la presentación del festival, “Algún día los niños que vienen a Las Noches del Botánico serán alumnos de esta Facultad…”.
Y eso sin ser en absoluto un festival con ningún enfoque al target familiar, simplemente los padres van con sus hijos. En la edición de 2019 asistieron casi 1.000 niños y niñas de 8 años.
Pero no lo decía a modo de diapo de powerpoint, con cifras y objetivos de marketing. Aunque alguno se haya apuntado el dato en la Blackberry. Se refería a su filosofía. Y es que si algo lo diferencia de cualquier otro festival, al margen de su excelente cartel, es que lleva intrínseca la capacidad de educar.
Educar en estilos de música. En preocuparse por el entorno. En que se puede disfrutar de una gran banda en un espacio amable. En que un lugar de conciertos también puede estar limpio. En plantearse la gestión de plástico y residuos. Y en un sin fín de puntos más que marcan la mentalidad del que ya es el 2º Festival más importante de la capital.
De primeras esto puede parecer aburrido, una moda más del discurso sostenible. Incluso puede echar para atrás a más de uno que piensa que el rock n’ roll no es tanta gilipollez.
Pero sí lo es y lo debe ser. Y también el pop, y el flamenco, y la electrónica, y cualquier género. Bueno, el punk un poco menos..
Desde el 27 de febrero queda menos tiempo para comprobarlo. Así que tarjeta en mano. Calendario en la otra, y a elegir:
Woodkid, Tom Jones, LP, Wilco, Cimafunk,Of Monsters and Men, Rufus Waingwright, Carlinhos Brown, Imelda May, Yan Tiersen, Pat Metheny, Belle and Sebastian, Little Dragon, Herbie Hancock, Crowded House, Estrella Morente, Los Secretos, Zenet, Diego el Cigala, y unos cuantos más.
Más info en nochesdelbotanico.com
Por Alvaro Carva.
0 comentarios