Rufus T.Firefly, a fuego lento

Era noviembre del 2020 cuando hablamos por última vez con Víctor Cabezuelo, cantante y guitarrista de Rufus T.Firefly, en nuestro podcast El hombre que se enamoró de la Luna. Eran los meses donde se estaban comenzando a programar de nuevo conciertos en nuestro país, con medidas muy estrictas, muchas de las cuales siguen atadas al mundo de la cultura. Nos hablaba entonces Víctor que durante los meses previos en su banda habían estado concentrados en grabar lo que sería su nuevo disco. Con una media sonrisa filtraba la satisfacción de lo que estaban cocinando. Casi un año después de aquella entrevista, la banda de Aranjuez ha presentado en Madrid su nuevo trabajo, dos meses antes de que salga a la luz, cerrando la primera jornada del Tomavistas extra. A fuego lento. Mejor así.

Estamos ante la enésima demostración de que Rufus T.Firefly ha ascendido al primer nivel dentro de las bandas de nuestro país. Y reconforta que lo hagan agarrados a grandes canciones y a un ejercicio de honestidad a la hora de decidir qué decisiones tomar.

Su reivindicación sobre el formato físico del vinilo, el deseo de huir de la inmediatez, su puesta en escena en pirámide invertida sobre el escenario, entre otros detalles, no deben ser percibidos como simples anécdotas. Al contrario, es lo que hace del Rufus T. Firefly una banda especial. Lo principal es hacer buenas canciones. El resto, puede y debe esperar.

Por eso no sorprende que Rufus T.Firefly esté presentado su nuevo disco antes de publicarlo. Una especie de regalo para sus cada vez más fieles seguidores, que ayer, pese a la lluvia amenazante, rompieron con las normas y acabaron bailando sin tapujos en un concierto cerrado por todo lo alto. Fue hora y media de psicodelia que se nos pasó volando, que contó con la colaboración fugaz de Anni B.Sweet y que sirvió para demostrar que en estos tiempos, reivindicar la esencia de la música es tarea de valientes. Bienvenidos sean.